miércoles, 8 de julio de 2009

ENFERMEDAD DE PARKINSON

Federico A. Silva Sieger, MD, MSc. federicosilva@fcv.org
Gustavo Adolfo Díaz Silva, MD.

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad que se presenta especialmente en adultos mayores (por arriba de los 65 años), en la que se degeneran unas células del cerebro ubicadas en un sitio llamado “sustancia nigra”. Por eso se le clasifica dentro de las enfermedades neurodegenerativas. Estas neuronas de la sustancia nigra son las encargadas de producir un químico o neurotransmisor en el cerebro llamado dopamina. La pérdida de estas neuronas y la falta de dopamina, producen un cambio en las conexiones que regulan el movimiento del cuerpo, lo que hace que las personas con enfermedad de Parkinson no se puedan mover adecuadamente, presenten temblor en miembros superiores de predominio en las manos y asimétrico, es decir que se afecta más un lado del cuerpo que del otro. Generalmente este temblor se presenta durante el reposo, es decir, mientras la persona no ejecuta ninguna acción manual y disminuye o desaparece al ejecutar movimientos con intención.

También se observa lentitud de los movimientos, disminución en el movimiento de los brazos al caminar, pérdida de la expresión facial y disminución del parpadeo. Al caminar tienden a adoptar una postura encorvada, arrastran los pies y avanzan dando pequeños pasos, además presentan inestabilidad y pueden sufrir algunas caídas.

Es muy importante conocer que a pesar de que esta es una enfermedad que tiene su mayor impacto por producir trastornos del movimiento, suele acompañarse de otros síntomas que también deben ser reconocidos y requieren tratamiento como depresión (estado de ánimo disminuido y tristeza), ansiedad, alteraciones progresivas de la memoria, trastornos del sueño y dolor muscular. Esto implica el enfoque de un tratamiento integral, con apoyo psicológico, nutricional y de terapia física entre otras.

Usualmente la enfermedad de Parkinson se presenta en forma esporádica, sin ninguna causa identificable y se puede decir en términos generales que no se hereda. Los casos considerados genéticos o heredados son poco frecuentes y se caracterizan por edad de inicio temprano (usualmente antes de los 40 años de edad), síntomas más intensos y más rápidamente progresivos con aparición pronta de efectos adversos a la medicación.

La enfermedad de Parkinson si bien puede ser tratada para disminuir los síntomas del movimiento, se considera que es progresiva, es decir no tiene cura definitiva. Las opciones terapéuticas actuales incluyen un grupo de medicamentos llamados agonistas dopa, anticolinérgicos y la Levo-dopa. El manejo con uno u otro medicamento o con la combinación de ellos, depende del estadio clínico en el que se encuentre el paciente y de la evaluación que el neurólogo haga sobre el paciente, además de algunos factores como la edad y las condiciones médicas del paciente no relacionadas con la EP.

Existe la posibilidad de cirugía funcional teniendo en cuenta que no todos los pacientes son candidatos para beneficiarse de estos procedimientos. Para esto se debe contar con la evaluación de neurología, neuropsicología antes de poder definir la pertinencia o no del manejo medico o del manejo quirúrgico. Además de estos tratamientos es fundamental la terapia física, con lo cual se impide un desacondicionamiento físico que límite el movimiento más allá de las limitaciones producidas por la enfermedad y con lo cual se mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

lunes, 6 de julio de 2009

Cirugìa de Epilepsia: una nueva visión terapéutica.

No es infrecuente recibir en la consulta diaria de neurología, dos preguntas que preocupan no sòlo al paciente con epilepsia sino a su familia:

1) Lo que tengo se llama epilepsia? O son crisis convulsivas simplemente?

2) Porquè no me hacen una cirugía para curarme y dejar los medicamentos anticonvulsivantes?

En primer lugar, es hora de aclarar un tèrmino que en nada empeora o mejora el pronòstico de esta enfermedad: “epilepsia”. Se define epilepsia a la presencia de dos ò màs crisis convulsivas , es decir, si usted ha convulsionado dos veces, ya puede llamar a su problema epilepsia. Hay demasiados complejos y preconcepciones alrededor de un nombre que seguramente trae a la memoria de muchos de nuestros coterráneos aquellas personas abandonadas a su suerte y con problemas cognitivos que no se estudiaban ni trataban adecuadamente. . Hago pues, un llamado a la actualización y desmitificación de un nombre, una definición que para nada cambia la conducta terapéutica del neurólogo y que tampoco tiene necesariamente un pronòstico malo adherido.

En segundo lugar, y respondiendo al interrogante de la cirugía, es importante anotar que esta subespecialidad de la neurocirugía y la neuroologìa es aùn muy limitada en nuestro país sin desconocer la existencia desde hace ya algunos años, de grupos serios y reconocidos en este campo. No todo paciente con epilepsia es candidato a cirugía y mucho menos debe pensarse que se indica la misma cirugía para todo paciente con epilepsia. La no respuesta a los tratamientos adecuados, el fácil acceso al foco convulsivo, la lesión única definida y la progresión en la frecuencia e intensidad de las crisis son algunas de las indicaciones para sugerir la cirugía. Sòlo una vez que se haya estudiado adecuadamente el caso con imágenes adecuadas como resonancia magnética de 1.5 tesla, estudios neurofisiológicos como videotelemetrìa, SPECT cerebral, evaluación por neuropsicología y en ocasiones el test de WADA y la electrocorticografìa, se da el “SI“ definitivo a un paciente y su familia para la intervenciòn. No hay que olvidar que todo procedimiento neuroquirùrgico tiene riesgos incluso en centros de gran experiencia por lo que el riesgo-beneficio es un balance obligado de todo un equipo mèdico especializado que decide si el candidato es el adecuado o no para ser llevado a cirugía.

En conclusión, losmèdicos y sus pacientes deben mejorar la mutua comunicación para lograr entender y definir las alternativas actuales en el manejo de esta enfermedad, dejando de lado un poco la búsqueda autónoma de “operadores” de epilepsia sin un método estricto de selección de los casos y la técnica indicada. Los avances tecnológicos en esta cirugía han ido paralelos a la consecución de nuevos medicamentos anticonvulsivantes cuya efectividad y menores efectos secundarios nos muestran que la visión terapéutica tiene màs de una cara.

NHORA PATRICIA RUIZ A.

NEUROLOGA CLINICA

FUNDACION CARDIOVASCUALR DE COLOMBIA